Redefinición de la evaluación del dolor agudo para mejorar la predicción del dolor crónico posquirúrgico (CPSP) - NYSORA

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Redefiniendo la evaluación del dolor agudo para mejorar la predicción del dolor crónico posquirúrgico (CPSP)

17 de diciembre 2024

Un estudio reciente publicado en el Diario británico de anestesia En un estudio de Maurice-Szamburski et al. se examinan las limitaciones de los métodos tradicionales de evaluación del dolor para predecir el dolor crónico posquirúrgico (CPSP). Los investigadores proponen un cambio de enfoque desde la intensidad del dolor hacia la experiencia de dolor informada por el paciente, identificando este como un predictor más confiable de los resultados del dolor a largo plazo. Sus hallazgos revelan que capturar la experiencia subjetiva del dolor puede permitir un manejo más eficaz del dolor y reducir la probabilidad de CPSP después de la cirugía.

Descripción general del CPSP crónico y objetivos del estudio

El dolor posoperatorio agudo afecta hasta al 25% de los pacientes después de una cirugía, lo que supone una carga considerable para los sistemas de atención sanitaria y reduce significativamente la calidad de vida. Tradicionalmente, los altos niveles de dolor posoperatorio agudo se han correlacionado con el riesgo de padecer dolor posoperatorio agudo. Sin embargo, factores psicológicos como la ansiedad, la depresión y la catastrofización del dolor también contribuyen al desarrollo del dolor posoperatorio agudo. Reconociendo esta complejidad, los autores buscaron determinar si la experiencia subjetiva del dolor de un paciente, medido a través de una herramienta validada de resultados informados por el paciente, podría servir como un predictor más eficaz de CPSP que la intensidad del dolor por sí sola.

Principales conclusiones 

Realizado como un análisis secundario dentro de un ensayo clínico multicéntrico de 294 pacientes de cirugía ortopédica, este estudio utilizó el Evaluación del Vecu de l'Anesthésie Générale Cuestionario (EVAN-G) para evaluar la experiencia del dolor del paciente. Los hallazgos clave incluyen:

  1. La experiencia del dolor como predictor:De 219 pacientes con datos completos, 63 (29%) desarrollaron CPSP 90 días después de la cirugía. Aquellos que informaron una experiencia de dolor peor en la dimensión de dolor de EVAN-G en el segundo día postoperatorio tuvieron significativamente más probabilidades de desarrollar CPSP. Este resultado resalta el valor predictivo de la experiencia de dolor subjetivo, ya que los pacientes que obtuvieron una puntuación baja en la dimensión de dolor mostraron un mayor riesgo.
  2. Papel limitado de la intensidad del dolor:En el análisis multivariable, una vez que se incluyó la variable de la experiencia del dolor, la intensidad del dolor agudo perdió su importancia predictiva para el CPSP. En cambio, la experiencia del dolor (que capta las dimensiones cognitivas y emocionales) surgió como un predictor más confiable. Otros factores como el dolor preoperatorio y el consumo de tabaco también mantuvieron su importancia, pero la experiencia del dolor fue la variable más influyente.
  3. Cuestionario EVAN-G:La EVAN-G evalúa seis dimensiones de la experiencia perioperatoria, y la dimensión del dolor está específicamente vinculada al riesgo de CPSP. Esta dimensión, evaluada el segundo día posoperatorio, proporcionó una visión más matizada del malestar del paciente, que refleja elementos psicológicos que a menudo se pasan por alto en las escalas de dolor tradicionales.

Implicaciones para el manejo del dolor

El estudio destaca la importancia de ampliar los protocolos de evaluación del dolor para incluir las experiencias relatadas por los pacientes, lo que sugiere que este enfoque podría identificar mejor a los pacientes en riesgo de padecer dolor crónico de cabeza y cuello. Las recomendaciones clave incluyen:

  1. Incorporar los resultados informados por los pacientes:Pasar de escalas de dolor puramente objetivas a herramientas que midan las experiencias de dolor subjetivo (como el EVAN-G) podría conducir a un manejo del dolor posoperatorio más personalizado y efectivo.
  2. Abordar los componentes psicológicos del dolor.Al reconocer el papel de los factores psicológicos en la experiencia del dolor, los proveedores de atención médica podrían incorporar intervenciones que aborden la ansiedad del paciente y la catastrofización del dolor para reducir el riesgo de CPSP.
  3. Reevaluar las estrategias de manejo del dolor:Más allá de los enfoques basados ​​en la intensidad, las estrategias de manejo del dolor deben priorizar la recuperación funcional y abordar los aspectos cognitivos del dolor, reduciendo potencialmente las complicaciones a largo plazo como el dolor crónico de cabeza y de espalda.

Conclusión y direcciones futuras.

Este estudio sugiere que centrarse en la experiencia subjetiva del dolor puede ofrecer una predicción más precisa del dolor crónico crónico que la intensidad del dolor por sí sola. Al integrar herramientas como el cuestionario EVAN-G en la atención posoperatoria, los proveedores pueden identificar a los pacientes en riesgo de manera más temprana y adaptar las intervenciones para abordar tanto las facetas físicas como psicológicas del dolor. Estos hallazgos abren el camino para futuras investigaciones y cambios en la práctica destinados a mejorar los resultados de los pacientes y reducir la incidencia del dolor crónico crónico.

Para más detalles, consulte el artículo completo en BJA

Maurice-Szamburski A, Bringuier S, Auquier P, Capdevila X. Del nivel de dolor a la experiencia del dolor: redefinición de la evaluación del dolor agudo para mejorar la comprensión del dolor posquirúrgico crónico. Br J Anaesth. 2024;133(5):1021-1027.

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