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Comprender el desequilibrio de la hemostasia y la fibrinólisis en la coagulación intravascular diseminada (CID)

24 de diciembre, 2024

La coagulación intravascular diseminada (CID) es una afección crítica que resulta de un desequilibrio entre la coagulación (formación de coágulos sanguíneos) y la fibrinólisis (descomposición de coágulos). Esta alteración compleja puede provocar hemorragias graves, trombosis e insuficiencia orgánica, por lo que es esencial diagnosticar y tratar la CID de manera eficaz en entornos clínicos como la sepsis, los traumatismos y la obstetricia.

¿Qué es la CID y cómo se produce?

  • DIC ocurre cuando una activación anormal de las vías de coagulación conduce a microtrombos generalizados (pequeños coágulos de sangre) en todo el cuerpo, agotando en última instancia los factores de coagulación y provocando un sangrado grave.
  • Fisiopatología:La afección surge de varios factores desencadenantes, como sepsis o traumatismo, que hacen que la cascada de coagulación se active excesivamente.
  • Resultado:La coagulación anormal bloquea el flujo sanguíneo a los órganos, lo que provoca daño tisular, mientras que el agotamiento simultáneo de los recursos de coagulación aumenta el riesgo de sangrado.

Componentes clave de la hemostasia y la fibrinólisis

  • Hemostasia Implica procesos de coagulación esenciales para detener el sangrado y proteger contra las infecciones.
  • fibrinólisis Mantiene la integridad vascular al descomponer los coágulos y evitar su formación excesiva.
  • En la CID, el equilibrio se altera, lo que lleva a un estado dominante procoagulante o fibrinolítico, ambos con implicaciones clínicas significativas.

Contextos clínicos y mecanismos que conducen a la CID

  1. Sepsis
    • La CID inducida por sepsis es común y afecta hasta el 50% de los pacientes sépticos, duplicando el riesgo de mortalidad.
    • Los mecanismos incluyen la activación del factor tisular, vías anticoagulantes deterioradas y fibrinólisis disminuida.
    • Los microorganismos y las respuestas inflamatorias del huésped (p. ej., liberación de citocinas) amplifican la coagulación y crean obstrucciones microvasculares que pueden causar insuficiencia multiorgánica.
  2. Cuidado
    • Los pacientes con traumatismos a menudo presentan CID debido a respuestas inflamatorias sistémicas y lesiones tisulares.
    • La hipercoagulabilidad puede seguir a una fase de sangrado inicial y evolucionar a CID.
    • El tratamiento a menudo implica estrategias de reanimación hemostática, con reanimación con sangre completa y ácido tranexámico (TXA) como intervenciones clave.
  3. Obstetricia
    • Las adaptaciones hemostáticas relacionadas con el embarazo aumentan el potencial de coagulación, lo que plantea un riesgo de CID en emergencias obstétricas como desprendimiento de placenta o embolia de líquido amniótico.
    • El diagnóstico es un desafío debido a los cambios normales del embarazo en los marcadores de coagulación, lo que subraya la necesidad de obtener puntuaciones de CID específicas del embarazo y pruebas viscoelásticas.

Diagnóstico de la CID: pruebas de laboratorio y sistemas de puntuación

  1. Marcadores de laboratorio
    • Los marcadores comunes incluyen dímero D elevado, recuento reducido de plaquetas y tiempos de coagulación prolongados.
    • Los biomarcadores emergentes, como el sindecan-1 y los indicadores de tromboinflamación, ofrecen información, pero se basan principalmente en investigaciones.
  2. Sistemas de puntuación
    • Los sistemas de puntuación de la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH) y de la Asociación Japonesa de Medicina Aguda (JAAM) facilitan el diagnóstico.
    • La puntuación de coagulopatía inducida por sepsis (SIC) ofrece una detección temprana, especialmente crítica en pacientes sépticos.

Estrategias de tratamiento y manejo de la CID

  1. Tratamiento de la causa subyacente
    • El manejo de la causa primaria, como una infección o un traumatismo, es fundamental para estabilizar la CID.
  2. Anticoagulación y modulación de la fibrinólisis
    • Las directrices japonesas avalan terapias como la trombomodulina recombinante para la CID relacionada con sepsis, aunque falta un consenso más amplio debido a los resultados mixtos de los ensayos clínicos.
    • Los estudios sobre antitrombina y trombomodulina muestran beneficios potenciales, especialmente cuando se administran antes de la aparición manifiesta de CID.
  3. Reanimación hemostática y uso de hemoderivados
    • En caso de trauma, la transfusión de sangre completa y el TXA ayudan a controlar el sangrado, y las pruebas viscoelásticas orientan las necesidades de transfusión.
    • En obstetricia, se aplican algoritmos que utilizan tromboelastometría durante hemorragias graves, ayudando a reducir las transfusiones innecesarias.

Conclusión

La CID representa una interacción dinámica entre la coagulación y la fibrinólisis que, cuando se altera, puede tener consecuencias potencialmente mortales. Comprender la fisiopatología de la CID en diferentes escenarios clínicos ayuda a los médicos a detectarla y tratarla de manera temprana, con el objetivo final de equilibrar los mecanismos hemostáticos y prevenir desenlaces fatales.

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